Nos sentamos en el bar, mi amigo Mario y yo a la espera del juego entre el Real Madrid y el PSG, otros dos jóvenes cerca de nosotros también pedían al encargado pusiera el juego. ¿Quieren ir pidiendo algo? nos dice la muchacha, nos miramos Mario y yo, creo que no lo pondrán me dice.
Así acabamos saliendo del Apple Bees, de la macroplaza de Ensenada, días antes hicimos, por medio del grupo en facebook que tenemos (Champions League en Ensenada), al Thor, un lugar de alitas por el bulevar Costero la misma petición, ver el juego en un lugar con pantalla grande, pero nada, abren hasta las 4:00, tal vez en la final abramos me contesta alguien desde su página.
Claro, siempre lo puede uno ver en su casa, pero no es el super bowl, a parte es entre semana y a al medio día, las noches mágicas europeas son a medio día en Ensenada, además son horas de trabajo. En su mayoría no puede.
Acabamos yendo al Pockets, ahí mismo en la macroplaza, ahí es el lugar, el ambiente mientras en la pantalla estaban las alineaciones, pedí de la cerveza holandesa que ya es mexicana, de botella verde, Mario un tarro de cerveza oscura, y unos nachos, los trajeron más tarde el juego ya iniciaba.
Ser antimadridista estos últimos años ya no es negocio, la han pasado verdaderamente mal, pero igual van a ver los juegos. Este tipo de juegos puede fácilmente llenar un bar una vez al mes en temporada baja, es al medio día, los que pueden salirse en horas laborales para ir a invertir 500 o mil pesos por pasar dos horas en distracción no somos pocos, pero no parece importarles a los demás dueños de bares que prefieren alojar americanos del barco con poco dinero o de plano tener cerrado para no pagar a los trabajadores.
Una pequeña campaña en redes sociales para promocionar por ejemplo el clásico español, puede darle a un lugar de bebida y comida un empujón para salir el mes, o iniciar la temporada buena. Hay pocos lugares donde ver deportes en pantalla grande en la ciudad, lo digo porque tengo años pepenando donde ver estos juegos a medio día en paz.
Ese día, los antimadridistas se relamieron los bigotes ya finalizado el medio tiempo. Los madridistas no estábamos resignados, todavía faltaban 45 minutos.
Tengo una chamarra del barcelona, pero no me la puedo poner me dice mi amigo, y ni hablar, no son tiempos para los azulgranas. Los últimos 45 minutos fueron la locura en el lugar, valió la pena ver festejar en grande a fanáticos de Messi y los del Madrid con el triplete del gato Benzemá en poco menos de 20 minutos, eso no se ve todos los días.
Ese día muchos de los barcelonistas acabaron gritando emocionados con los madridistas, de Ensenada, que hasta camisa llevaron y todo. Así debe ser esto, no llevar a extremos el fanatismo deportivo a fin de cuentas solo son 90 minutos de esparcimiento sano, y después hay que regresar al trabajo a finiquitar los pendientes. Y hasta la próxima ronda.