Construir con cáñamo, prejuicio, ignorancia o negligencia

Siendo este un material con tantas aplicaciones, económicamente viable y sostenible, resulta extraño que no se haya legislado a su favor; sus aplicaciones en la industria están probadas en 40 países

La primer vivienda hecha con cáñamo en EU, diseñada y construída por Anthony Brenner en 2010.

POR: JORGE L. MARTINEZ, @jorgem4rtinez, @arquitectura2B

Tijuana, Baja California

La huella que la humanidad está dejando en la atmósfera podría ser irreparable, la cifra de emisiones de CO2 (dióxido de carbono) que la industria, la naturaleza y la población liberan es alarmante; la esperanza de aquí a cien años no es que reduzca sino que no aumente. Lo que se hace es a todas luces insuficiente por lo que es necesario un esfuerzo mayúsculo para buscar alternativas.

La utilización de materiales vegetales para construir es una opción y a la vez que haya reconversión de CO2 en el mismo procesamiento, adaptación e incluso que sea eficiente y aún después de su aplicación siga limpiando aire. No se puede pedir más.

A este respecto el cáñamo para construir se usa con éxito en países desarrollados, la fibra usada desde la antigüedad, es en Estados Unidos una industria centenaria. En México empieza a haber atisbos en su aplicación.

Y a todo esto ¿qué es el cáñamo?

Es una planta de la familia de las cannabináceas, de la que se obtiene aceite, alimento para animales, de una parte de la corteza de la planta -que llega a medir hasta 3.5 metros- se obtiene pasta para fabricar papel, así como lana que se usa en la industria textil para producir tela. Del interior del tallo desmenuzado se obtiene la cañamiza, ésta es la parte interesante, porque es similar a la paja y es utilizada en la industria de la construcción.


La ligereza del material y su poder aislante la hacen ideal para rellenar muros, pisos e incluso combinada con otros sistemas brinda excelentes resultados. Se cree que será fundamental en el futuro de la humanidad, en Europa ya se usa con éxito para rehabilitar edificios históricos pero también construcciones nuevas.


Su siembra es ilegal

Las ventajas para utilizar cáñamo son muchas pero tiene contra sí una muy importante y tal vez la de mayor peso que la ha dejado casi en desuso ya que en la mayoría de los países su cultivo es ilegal, no obstante la cañamiza se puede importar desde otros países donde su siembra está normalizada.

Desde inicios del siglo XX, México promulgó leyes que penalizan cualquier actividad relacionada con la cannabis Sativa mejor conocida como mariguana, entre ellas entró el cáñamo, esto a pesar de que estudios recientes revelan que el componente psicoactivo THC (tetrahidrocannabinol) en la planta del cáñamo no son significativos, ni nocivos para la salud.


‘Hempcrete’ y la arquitectura regenerativa

La palabra sostenibilidad o sustentabilidad (como dicen los europeos) ya es una palabra gastada, hueca, la hipocresía de las empresas y los organismos reguladores de la construcción la usan ya nada más para aliviar conciencias. Hace falta un nuevo término, una nueva filosofía que absorba lo ecológico, el nuevo término tiene años por ahí tocando puertas y abriéndose paso, la arquitectura regenerativa.

Stephen Clarke, ingeniero electromecánico de formación con posgrado en energías renovables, realizó una disertación con práctica sobre cáñamo, la charla fue realizada en instalaciones del La Escuela Libre de Arquitectura, emplazada en el corazón de Tijuana.

La Escuela Libre de Arquitectura a un año de su creación tiene reconocimiento internacional con las innovadoras estrategias para reactivar el paisaje de la frontera y el enfoque práctico de su enseñanza. Este es el lugar ideal para experimentar con ´hempcrete´, porque puede sin problema importarse cañamiza desde la ciudad de San Diego, en Estados Unidos, donde la planta es una industria millonaria de más de 100 años.
El taller de 'hempcreto' se llevó a cabo en instalaciones de la Escuela Libre de Arquitectura en Tijuana.
Durante el taller de ‘hempcrete’ para el que aún no hay un término en español, lo más cercano es “cannacreto” o concreto con cáñamo, o cómo Stephen lo menciona en los proyectos que requieren permiso de obra, “concreto reforzado con añadidos vegetales”.
Aspecto de la cañamiza.

Clarke sostiene que no hay ningún material constructivo que iguale o supere el rendimiento del cáñamo, pero al mismo tiempo que sea tan versátil en el aprovechamiento de tantas industrias como la de vestido o la alimenticia. Esta versión la defiende con datos donde una hectárea sembrada de cáñamo limpia hasta su madurez entre 10 y 15 toneladas de CO2, el equivalente a la emisión de mil 363 vehículos recorriendo 100 kilómetros quemando en teoría 7 mil litros de gasolina.

Y un edificio hecho con cannacreto si se deja con acabado natural sigue generando oxígeno por lo que los ambientes a parte de ser confortables, el edificio literalmente respira.

El rendimiento térmico y acústico de la cañamiza en muros rivaliza con el adobe o cualquier construcción hecha con tierra.

La sostenibilidad hace pensar a todo mundo que hay una salida fácil al dilema que se vive en el siglo XXI, al calentamiento global, a la deforestación, contaminación de agua y demás males arraigados, pero no, se tiene que trabajar duro en conjunto para superar esta prueba.

Originario de la ciudad de México, de “El Charco”, dice, Stephen continúa su plática: el uso del cáñamo nació de una necesidad real de mantener edificios históricos donde el uso de los materiales actuales actúan con agresividad con lo que ya existe, cargan de peso a edificios con estructuras antiguas que al mismo tiempo deben ser reforzadas, la ligereza de la cañamiza mezclada con cal hidráulica actúa como un concreto que con el tiempo adquiere mayor dureza al tiempo que mantiene ligera la mezcla.


Al igual que muchos otros arquitectos, él está a favor del ‘open source’ de difundir conocimiento, los métodos y técnicas constructivas. Asegura que hay que trabajar en equipo, que la fibra puede prensarse haciendo paneles de aglomerado con algún cemento (pegamento), pueden hacerse ladrillos (hempbrick), y la lana puede usarse como material aislante.


Fórmulas del ´hempcreto´

La primer recomendación para trabajar con la cal y la cañamiza es la seguridad, proteger ojos, piel, ropa, etc; usar cubreboca y guantes de hule. Clarke agrega que como profesionales de la construcción es prioridad la integridad de los trabajadores, que la cal con la humedad se endurece y calienta, que aspirar polvo es peligroso, y al contacto con la piel u ojos es un riesgo. 

Para preparar “hempcreto” en forma de ladrillo se requiere una unidad de cañamiza por una unidad de cal hidratada, y agua hasta formar una pasta que se apisona en un molde, la paja previamente debe haber absorbido media unidad de agua. Se puede agregar cemento y colorantes si se desea, mantener la humedad deseada que para lograr una mezcla homogénea; para distintos usos se usan otras mezclas. Para pegar los ladrillos se puede usar mortero, o una mezcla de mortero con cañamiza.

La preparación más básica de cannacreto, es 4 partes de cañamiza, a 1 parte de agua, a 1 parte de cal hidratada. Los pisos llevan doble de mezcla cementante y de preferencia una cubeta de arena, para lograr una mezcla más densa, pero con mayor resistencia a la compresión.

Habló de los beneficios de construir muros, pisos y techos de cannacreto, la importancia de usar las mezcla apropiada así como seguir el procedimiento constructivo. También abundó sobre las ventajas de sistemas similares, como el rendimiento térmico y acústico que es ligeramente superior al adobe e hizo especial énfasis en tratar bien las juntas y uniones de muros que es por donde hay fuga de calor y puede haber filtración humedad, el eterno enemigo de los materiales constructivos.


Otra virtud de este material, además de que es ligero y de relativamente de fácil manejo en alturas, es que no le afectan las juntas frías como al concreto tradicional por lo que puede colarse en varias sesiones y el material se comporta como un solo bloque sin importar cuántas uniones haya.


El camino a su legalización

En días pasados México dio el primer paso hacia la legalización de mariguana, lo que implicaría su cultivo y consumo, que legalmente era lo que impedía la producción en volumen de cáñamo, aunque en su momento los políticos en distintos estados han realizado intentivas de legalizar la mariguana y por consecuencia su pariente en cáñamo.

Siendo este un material con tantas aplicaciones y económicamente viable, resulta extraño que no se haya legislado a su favor, mientras en más de 40 países la producción, manejo y el uso son perfectamente legales.


Y mientras, qué más se puede hacer

En un futuro cada edificio, cada vivienda, deberá producir más energía que la que consume, ello a la larga podría revertir el efecto negativo que hay en las emisiones. Y será hasta que cada uno de los ciudadanos, y hasta el último gobernante se comprometa a lograrlo, por el momento la labor de convencer, de probar estos métodos, desarrollar estrategias en su uso recae en los arquitectos, quienes conocen las necesidades y tienen la sensibilidad de no recargar más el planeta con desechos de la construcción.

Y los constructores en algún momento se verán obligados a voltear a la tierra, a los materiales de gran rendimiento energético, la piedra, la cal; recursos milenarios que al paso de los años se han ido perdiendo en favor de otros más contaminantes o que su producción es nociva para el ambiente.

La cooperatividad entre los ciudadanos, el transporte público barato, los huertos urbanos y las azoteas verdes, viviendas verticales y vías para corredores y bicicletas son además asignaturas pendientes de las ciudades modernas.

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