Fenomenología aplicada al diseño arquitectónico


Para el hombre primitivo todas las cosas están llenas de dioses.
H. Werner
De Jomagú - Dibujo e ilustración
Dada la infinita variedad de formas que hay en el entorno, a una corta edad se aprende a lidiar con todo ello, con las formas sociales, convenciones y formulismos que a la larga deberían ser beneficiosos para el "andar por el mundo".

Se afirma que la consciencia del mundo y las cosas y del orden se da en los menores a partir del lenguaje, es por eso que los más viejos recuerdos que el hombre posee son de esa época,
porque las cosas que le suceden ya tienen nombre.

Es bien sabido que a nivel de civilización, las culturas mesopotámica y egipcia fueron de las más estables y duraderas, debido al uso del lenguaje escrito, la pintura y por supuesto su arquitectura.

Si bien el lenguaje no es más que un sistema de símbolos, y signos son lo que utilizamos para nombrar a los objetos, los nombres son elegidos por convención y acuerdo común. Con el tiempo y a fin de evitar el caos, se hace necesario y conveniente crear clasificaciones, se hace diferenciación la selección entre objetos culturales, sociales y físicos.

A muchos les parece extraño tener ideas "raras" o preguntas sin respuesta, a  pesar de tener ya 21 siglos de civilización, por lo que la recomendación es que hay que dejar, de vez en cuando, a un lado las “prioridades en la vida” y dedicar tiempo a conocerse a sí mismo y hacer de ello la prioridad máxima.

Hace tiempo, que llego a mi entendimiento (aunque aún no la entienda) la palabra fenomenología, que me hizo saber de hay cosas que a veces hago, de las que me piden explicación y no sé darla.

A medio siglo de ser usada la primera vez la palabra toca los linderos y se adentra en territorios de la arquitectura.

La fenomenología se refiere al estudio de las esencias, daría explicación a todos los problemas arquitectónicos historicistas, según ella, todo se reduce a la esencia de la percepción, a la esencia de la conciencia.

Un ejercicio que practicaba desde niño y ya de joven, que he olvidado un poco, es tratar de parar el pensamiento, poner una represa al generador de voces internas y tejer con hebras finas de ideas una red que filtre todo lo superfluo, esta sería en sí la explicación personal de lo que es la  fenomenología, que sería tener mi concepción del mundo y explicarlo a mi modo y de alguna manera expresarlo.

Aunque esta es una filosofía que considera que no se puede comprender al hombre y al mundo sino a partir de su facticidad, parte de que el mundo ya está ahí antes de cualquier análisis que pueda hacerse de él y sería artificial hacerlo a la inversa.

La teoría fenomenológica afirma que lo real hay que describirlo, y no construirlo. Lo que contradice mi explicación, ya que esto se refiere a que no se puede asimilar la percepción a juicio propio, o de actos de predicación; en todo momento el campo perceptivo está lleno de reflejos, de impresiones táctiles que nadie es capaz de enlazar y explicar en tiempo real, sin embargo, puede decirse que el el mundo es el mundo, sin confundirlo jamás con los ensueños de cada quien.

Aplicado al diseño arquitectónico y en forma simple esto sería que hay que dar al cliente lo que pida, sí, pero también hay que darle lo que pediría, si tuviera lo que te está pidiendo, ir más allá y ver con los ojos de otro a través de los tuyos.

Y con todo esto, no me queda más que dar la razón a Aristóteles al recomendar conocerse a sí mismo.