Para contestar eso, voy a suponer algo, que me encontraré, o más bien me comunicaré con un amigo de Japón, el problema es, que él hablará en su idioma (japonés) y yo en el mío, español.
Cómodo en mi sillón (típica imagen de película), me coloco un casco y ya estoy en un mundo virtual, donde pienso que hablo y hablo, pienso que camino y camino, en este mundo que los hermanos Wachowski llamarían “The Matrix”, pero ahí, ¿qué es lo que hay?.
Puede que este ejemplo esté aún perdido entre las brumas de la ciencia ficción, pero siguiendo con él, aunque se trate de un encuentro virtual, aún debería cumplir con algunas normas sociales, por lo que la reunión sería en una cafetería o una oficina, incluso al aire libre en un parque, algún lugar donde se pueda conversar en cualquier idioma y entenderse.
Entonces ¿quién construiría el lugar? ¿los ingenieros de software?, ¿los programadores? o ¿los mismos usuarios?, y la respuesta es: los arquitectos.
En la actualidad con el auge de los medios digitales, la industria del cine y los videojuegos requiere sino cientos, miles de arquitectos, que así como en películas de alto presupuesto, se lancen a construir mundos virtuales, como se ve en la película de Disney “Tron: Legacy”, o la de “Inception” de Christopher Nolan.
Si bien la vida virtual es ya utilizada en la lucrativa industria de los videojuegos, aunque hay asombrosos ejemplos en el mercado, muchos no pasan de ser una mera copia de la realidad, tratan de utilizar o simular los mismos materiales, las tipologías y formas de los edificios reales.
Puede ser que jamás sea igual la experiencia de saludar y charlar con alguien en persona, pero a eso nos está orillando el caos de las ciudades en el siglo XXI, en esta parte es donde la película “Inception”, tiene sentido o es diferente, construir mundos dentro de la mente humana, construir en la imaginación, vender imaginación y mundos virtuales.
Así pues, los ‘arquis’ andan por ahí creando mundos en películas, videojuegos, escribiendo libros, algunos paseando mientras fotografían, otros festejando sus más de 100 años, unos trabajan en el gobierno, muchos dan clases, y algunos por ahí proyectan edificios autoabastecibles, sustentables, ecológicos, con concreto reciclado y prueban los nuevos materiales.
Y algunos por ahí todavía hacen arquitectura.
Aquí estamos.