Quiero ser dos
Hace unos meses vi una película de un hombre, un ingeniero o constructor que visitó a un gurú para que lo clonara, porque entre su vida familiar y laboral se le iba la mayor parte del tiempo del día y vivía en cansancio constante.
Así mandaba a su ‘copia’ al trabajo y él se quedaba en casa o viceversa; su esposa pudo volver a su trabajo y todo fue muy bien... hasta que... mejor vean la película, (Multiplicity 1996).
Por un momento taché de tendenciosa la cinta pero muy en el fondo tenía un velo de verdad y me puse a pensar, en que hay momentos en nuestras vidas en que sí, necesitamos un clon que haga nuestras cosas, las obligatorias, para que podamos disfrutar lo que nos gusta hacer.
En estos días que se llena mi agenda de tarea, trabajo, pagos y cobros, trámites... tanto que no puedo ni sentarme a ver una película completa o comer en un restaurant a gusto o quedarme un rato tomando café.
Ya no puedo pasar horas pintando, escribir historias por el gusto de hacerlo.
Aunque viéndolo bien, a fin de cuentas no desfallecemos porque disfrutamos lo que hacemos, el trabajo, la escuela, incluso las pocas horas de sueño, y cosas hermosas que antes no había que ahora ya son parte de mi y son indivisibles.
Sólo quisiera unas pocas horas más, y si no las hay, no pierde uno nada y puede ganar mucho con pedir ayuda y ayudar a alguien de vez en cuando.
Aquí estamos.
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Ilustración a lápiz de color en papel craft.