A dónde van los estudiantes de arquitectura

Tal vez no sepas construir, ni dibujar, menos diseñar, peor las matemáticas, o componer teorías, escribir ensayos, expresarte. Pero si tienes la curiosidad de hacer arquitectura; eso es lo que cuenta

EL PERFIL ACADÉMICO DEL ESTUDIANTE DE ARQUITECTURA y una vez terminada
la carrera muchas veces no coincide con las expectativas de unos pero eleva las de otros.
POR ROGERIO QUINTERO

Ser estudiante de arquitectura es el principal síntoma de la enfermedad de ser Arquitecto. Y, ¿qué es lo que te hace ésta enfermedad? bueno, lo primero es un desgaste en los ojos por mantenerse tanto tiempo despierto, y tanto tiempo alerta de releer el entorno, los ojos se vuelven ojerosos y críticos. Luego, la boca se suelta, y comienza a opinar sobre lo que los ojos detectan, además de que se tuerce con cada situación extraña que se presenta en los edificios.
De repente las manos se tornan inquietas y precisan de una herramienta que grabe en papel ideas en trazos o en letras, en la mayoría de los casos al analizar mano va a la barbilla y la otra va al codo del brazo que corresponde a la mano que frunce la boca en un puchero, éste acto conocido como “posición de pensar”.
Cuando se presenta este síntoma, quiere decir que ya la mente se ha infectado también, comienza a cuestionar, buscar; crea problemas, dudas, los soluciona, replantea y plasma; se vuelve curiosa.
Por último, los pies son los afectados desde un sentido metafórico y literal; llevan a otros lugares, las extremidades inferiores determinan la gravedad de la enfermedad puesto que son las que hacen llegar a donde un mal arquitecto lleve.
Probablemente la aparición de estos síntomas no se presente en el orden expuesto, pero sí es verdad que todos están relacionados entre sí.


A dónde

El “a dónde ir” o “a dónde van”, se define meramente por la esencia de la persona afiliada al mundo de la arquitectura paralelamente con lo que quiere tomar de la vida y lo que pretende darle a la vida.
Puede ser desde una perspectiva económica (mito muy recurrente del arquitecto), hasta una perspectiva intelectual (razón mayormente ignorada al iniciar la carrera); tomar y dar respectivamente.
Pero el ir de la mano de la arquitectura, tiene la cualidad de viajar desde un mesabanco en la cara de un pintarrón blanco medio manchado, a través de la voz de quien cuenta sus experiencias. Ciertamente influye la escuela; que define el perfil académico del estudiante y una vez terminada la carrera: el perfil profesional, que muchas veces no coincide con las expectativas de unos, eleva las de otros y redirecciona las de quien no deserta.
Ser estudiante es comprometerse con uno mismo, a potenciar el ser por medio de otras mentes y sus letras, sus voces y lecciones, pero comprometerse con la arquitectura, es tan grande como ser aquel que pone un obstáculo o razón a una sonrisa en el día de alguien o a los pasos en una ciudad.
Es necesario entender el compromiso de ser arquitecto, y la mejor forma de hacerlo es con la frase del arquitecto mexicano Ricardo Legorretata, cuando dice: “ser arquitecto es como estar embarazado, no se puede estar medio embarazado, ¿eres o no eres arquitecto?”
Convertirte en estudiante de arquitectura, es convertirte en arquitecto.
Tal vez no sabes construir, dibujar, diseñar, ni matemáticas, componer, escribir; expresarte. Pero si tienes la curiosidad de hacer arquitectura; eso es lo que cuenta. Y esas cosas que crees que te hacen falta saber, son pocas comparadas con las que terminarás sabiendo.

El enfoque de la carrera

Una de las razones de estudiar una carrera profesional o licenciatura es el enfocar hacia un cierto mercado de trabajo; aunque en repetidas ocasiones se ignora el amplio campo que ofrece cada carrera.
Dentro de las aplicaciones más conocidas de la arquitectura están la construcción, el diseño arquitectónico y peyorativamente, la elaboración de “planitos”, que puede ejercerse trabajando de manera independiente o integrada a un taller de arquitectura. De forma general, sí se tiene razón este conocimiento, pero hay más que eso, cada vez más con el paso del tiempo y la combinación/integración de la arquitectura con otras disciplinas.
Está también el caso de la investigación de nuevas tecnologías en el campo de la construcción: nuevos materiales, nuevos procedimientos; para una arquitectura civil, sería bueno involucrarse con el gobierno y convertirse en funcionarios públicos; en el ámbito académico existen investigadores y docentes que apliquen y difundan lo que se descubre mientras se investiga; en el diseño es una implementación muy amplia, durante los estudios de arquitectura se enseñan principios de diseño, ergonómicos, antropológicos y sociales que divergen en su materialización, así pues el arquitecto puede replantear su carrera expresándose como diseñador industrial, gráfico, modas, dispositivos tecnológicos, entre otros.
Con la actual preocupación del problema ecológico, la investigación de eficiencia energética, la sustentabilidad; en nuevas tecnologías, está la domótica que es la integración de nuevas tecnologías y el diseño en los espacios habitables a fin de obtener una mayor funcionalidad y confort, y la inmótica que busca más la calidad en el trabajo; otro uso de la arquitectura es en la elaboración de videojuegos, que la involucración del arquitecto en ellos los hace más realistas; la visualización es también otro camino que últimamente ha tenido éxito al darse cuenta los profesionales en que cuanto más realistas son las perspectivas mayor es el entendimiento del cliente y la posibilidad de venta.
Al integrarse con otras disciplinas puede ampliarse el campo de trabajo del arquitecto, si sumamos biología, topografía, arte, cultura, etc., tenemos paisajismo; sociología, crecimiento, antropología, urbanismo.
A la arquitectura, podemos adosar conceptos de mercadotecnia, publicidad y hay otras disciplinas que dependen de la arquitectura y la arquitectura depende de ellas en cierta medida, como la ingeniería, el cálculo, la física, astronomía, climatología, etc. Todas estas vertientes que pueden llevarte a hacer lo que normalmente se cree que hace un arquitecto, hasta combinar cualquier interés con la arquitectura.
VISTA DEL EDIFICIO de aulas, donde en el tercer nivel toman clases
 los alumnos de arquitectura de la FIAD en la UABC.

Aspirar a los grandes proyectos

De repente, alarma a unos cuantos el hecho de que hay quienes a pesar de ver las obras maestras en arquitectura, no aspiran a hacer lo mismo o más, teniendo al alcance tanta tecnología medios y personas interesadas en dejar su legado a través de un arquitecto; pero es igual de importante tener relativamente pocos arquitectos que aspiren a grandes proyectos, como los que se interesan por proyectos chicos, aunque desafortunadamente vivimos en un mundo que en pocos casos es capaz de entender con la razón y sentir con el corazón; y que aún no entra en el ejercicio de la humildad que nos enseña a reconocerte en los demás, y a reconocer la grandeza escondida en las cosas pequeñas, lo cual implica también denunciar la falsa grandeza de las cosas, en este mundo que confunde la grandeza con lo grandote.
Para los últimos semestres de la carrera algunos aprenden ya a ser estudiantes de arquitectura más que arquitectos. Es incierto si es desde antes, durante, o al final de la carrera de arquitectura cuando se sabe hacia dónde se quiere ir o llegar (que no es lo mismo). Así que, ¿hacia dónde van los estudiantes de arquitectura? Hacia donde quieran; hacia donde su espíritu incansable y autodidacta los lleve, hacia donde la curiosidad no los mate como al gato, hasta donde decidan estar enfermos de este fenómeno de la arquitectura.


ROGERIO QUINTERO es arquitecto, egresado de la UABC.


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